En medio de los actuales bombardeos enemigos contra localidades fronterizas, el pueblo vuelve a las imágenes de mayo del 2000 cuando los combatientes de la Resistencia libanesa expulsaron a las fuerzas de Tel Aviv y liberaron el sur de la nación.
Más de cinco mil personas, incluidas 500 mujeres como la revolucionaria libanesa Suha Bechara, serían encarceladas y torturadas en Khiam mediante electrocución, palizas, y otros métodos brutales.
A pocos kilómetros de la frontera con Palestina ocupada, las ruinas de la cárcel israelí atestiguan historias de sufrimiento y a la vez de resistencia de hombres, mujeres y niños desde los 12 hasta los 77 años de edad.
La prisión de Khiam, construida tras la invasión en 1982, siguió siendo un testimonio de la lucha de un pueblo hasta la guerra de julio del 2006 cuando en un intento de borrar sus crímenes, la aviación israelí bombardeó el centro de tortura, reduciéndolo a ruinas.
El poste eléctrico, una celda diminuta y el recuerdo de los liberados del centro de detención de Khiam exponen las prácticas inhumanas y el verdadero rostro de la ocupación israelí.
A la luz de las persistentes agresiones enemigas, las armas de la Resistencia golpean posiciones militares del ejército de Tel Aviv a lo largo de la frontera, en apoyo del pueblo palestino de la Franja de Gaza, en respuesta a los crímenes contra civiles libaneses y en defensa de la tierra ocupada.
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