La denuncia precisa que está referida a que la mandataria “habría recibido, en calidad de donación, del gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima” tres relojes y otras dos joyas valorizados en decenas de miles de dólares.
Se trata, añade, de “tres relojes de la marca Rolex, un par de aretes argolla de oro con diamantes y una pulsera Bangle con 94 brillantes” que le entregó el gobernador de la región andina de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, por amistad, según Boluarte y solo como préstamo.
Según la legislación peruana, quien ejerza la presidencia no puede recibir dádiva alguna, ni siquiera en calidad de préstamo.
La denuncia del fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, fue presentada ante el Congreso de la República, y señala que las joyas serían un soborno a cambio del otorgamiento de financiamiento para la gobernación de Ayacucho.
El objetivo de la denuncia es promover el antejuicio político, potestad del Parlamento para profundizar la investigación a Boluarte, que hoy culminó la fase preliminar.
“Sin embargo, la estrategia que promueve Villena es complicada, por la obstrucción que representan” las bancadas que suman mayoría en el Legislativo, las cuales han votado en varias oportunidades contra la vacancia (destitución).
El Congreso podría por otra parte inhabilitar a Boluarte para ejercer cargos públicos, lo que implicaría su retiro de la presidencia, una vía más rápida que la vacancia, dijo el abogado constitucionalista Luis Lama, quien admitió que es muy posible que el Congreso archive la denuncia (dejando impune el caso) por razones políticas.
Otro jurista, Roberto Pereira, señaló que el Legislativo podría también congelar la denuncia para que se trate cuando la jefa del Estado deje sus funciones pero, al igual que Lama, indicó que será muy difícil para los congresistas una decisión, por lo detallado y sólido de la denuncia.
El abogado conservador Natale Amprimo señaló a su vez que la situación de Boluarte se ha agravado y la denuncia evidencia que ha mentido, por ejemplo, cuando dijo inicialmente que las joyas eran suyas y producto de su trabajo, para después alegar el préstamo.
Poco antes de anunciarse la denuncia, el gobernador Oscorima negaba las acusaciones de complicidad por las que también es investigado y anunciaba una marcha de sus paisanos a Lima si el Gobierno no le asignaba más fondos para su administración.
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