A propósito de una votación preliminar dentro del parlamento israelí con ese propósito, el portavoz del secretario general de Naciones Unidas (António Guterres), Stéphane Dujarric, insistió en el papel fundamental que desempeña la Unrwa.

La Agencia, considerada el actor principal de la ONU en los territorios ocupados, trabaja desde 1950 con el objetivo de desplegar programas de ayuda y obras directas para los refugiados palestinos.

La ONU ha defendido la neutralidad de esa entidad frente a la campaña de descrédito de las autoridades israelíes, quienes por su parte presionan para poner fin a sus operaciones.

En enero último, las acusaciones divulgadas por Israel para vincular a varios de sus miembros con el grupo Hamas provocaron una pausa en la financiación de los principales donantes en un momento clave para atender necesidades como alimentos, agua, refugio y medicinas de los civiles en Gaza.

Sin embargo, la mayoría de los países -excepto Estados Unidos y Reino Unido- retomaron el apoyo ante la ausencia de pruebas sólidas.

De acuerdo con el portavoz de Guterres, el nuevo intento de designación podría comprometer las operaciones humanitarias imprescindibles de la Agencia.

«Si la Unrwa ya no puede operar en Gaza o en la Cisjordania ocupada, las autoridades israelíes, como potencia ocupante, tendrán que asumir la responsabilidad de muchas de esas operaciones», dijo.

Dujarric manifestó preocupación por las consecuencias de estos actos luego de que se reportaran además varios ataques contra las instalaciones de la Unrwa en Jerusalén.

A inicios de mayo, el comisionado general de la Unrwa, Philippe Lazzarini, anunció el cierre de la sede de la organización en Jerusalén Este luego de un incendio provocado.

Los residentes israelíes prendieron fuego dos veces al perímetro mientras que los propios trabajadores de la institución apagaron las llamas ante la demora de los bomberos, detalló entonces.

El incendio fue antecedido por una protesta violenta esa misma semana.

De acuerdo con el jefe de la Unrwa, cerca de 160 locales de la Agencia fueron dañados o completamente destruidos en Gaza desde el estallido de las hostilidades el 7 de octubre y al menos 400 personas murieron mientras buscaban la protección de la bandera de la ONU.

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