Blas Barrientos, funcionario del Ministerio de Agricultura, dijo al diario La Nación que los mayores niveles de cosecha tienen lugar en el Chaco y sobrepasaron las 45 mil hectáreas cultivadas gracias a las labores mecanizadas.
Pero en la región Oriental, la actividad todavía la realizan los pequeños productores que trabajan en promedio entre una y dos hectáreas de la fibra, pues se concentran en el cooperativismo y el autoconsumo.
La gran producción va de la mano con una alta demanda del algodón paraguayo, con exportaciones que crecieron cinco mil 362 toneladas en 2021, seis mil 72 toneladas en 2022 y 16 mil 993 toneladas en 2023.
Incluso, hasta abril del presente año el país envió al exterior más de 14 mil 494 toneladas con un monto superior a los 24 millones de dólares.
Según datos de la Red de Inversiones y Exportaciones del Ministerio de Industria y Comercio, el denominado “oro blanco” del Chaco empezó desde 2020 a experimentar un incremento sostenido respecto a volúmenes y valores de exportación.
Este fenómeno se acentuó de forma sostenida en los últimos tres años, cuando las ventas pasaron de nueve millones en 2021 a 29 millones en 2023.
Los principales destinos del algodón paraguayo son Indonesia, Vietnam, Suiza, Turquía, Bangladesh y Alemania, mientras llega en menor cantidad a Chile.
No obstante, expertos locales citan la cuestión logística entre los desafíos para la industria y sugieren acelerar proyectos como el Corredor Biocéanico, pues una vez terminado podría contribuir a agilizar el proceso de transportación.
“Actualmente, el tiempo de embarque tarda como cuatro meses aproximadamente y eso esperamos mejorar a través de esta clase de obras”, dijo a La Nación Nelson Funk, gerente de agroindustria de Cooperativa Chortitzer.
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