El diario El Salvador reproduce un informe de la agencia Xinhua que abordó una de las presuntas asignaturas pendientes del sistema de prisiones y afirmó que la clasificación a la que son sometidos los reclusos permite maximizar su potencial y adquirir habilidades técnicas que les serán útiles en su vida pospenitenciaria.
Esta iniciativa del Gobierno busca convertir las cárceles en espacios de reinserción social y productiva, indicó la publicación al mostrar imágenes del Centro Industrial Santa Ana, una de las granjas penitenciarias del país, ubicada a poco más de 70 kilómetros de la capital salvadoreña, donde cerca de seis mil reclusos se capacitan.
En el sitio aprenden nuevas habilidades para contribuir a la comunidad con su trabajo y prepararse para una vida honrada fuera de prisión, lo que ejemplifica la implementación exitosa del plan, parte de la estrategia de seguridad del país, subrayó el informe.
Samuel Díaz, director del Centro Industrial, explicó que en la granja los reclusos desarrollan varias labores productivas que benefician a la comunidad, las instituciones públicas y su propio autoconsumo dentro del recinto.
Por ejemplo, dijo, en la nave industrial de la granja se elaboran diariamente 500 pupitres en convenio con el Ministerio de Educación, para su uso en las escuelas del país.
Además, los reos fabrican otros tipos de muebles, incluyendo aquellos utilizados en la Biblioteca Nacional y otras entidades públicas o de interés social, y participan en labores agrícolas y de cría de animales.
El Plan Cero Ocio es una de las iniciativas del gobierno para romper con el clima de violencia, crimen e inseguridad que caracterizó al país en décadas pasadas.
Los internos en la fase de confianza que participan en el programa apoyan con su trabajo también en la limpieza de playas, la reparación de centros educativos y su mobiliario, hospitales de la red de salud pública, infraestructura policial, viviendas para familias de escasos recursos y otras acciones en beneficio de la comunidad», de acuerdo con la información oficial.
Todos los participantes en la iniciativa son reclusos civiles, sin vinculación alguna a las pandillas u organizaciones criminales responsables de la violencia que reinó en el país y que el Gobierno salvadoreño busca erradicar mediante el enfrentamiento a esos grupos.
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