La investigadora Gleisy Pérez Avilleira señaló que en la nación antillana el estudio de la contaminación del aire es un reto muy importante para los científicos, pues aún persisten limitaciones técnicas y analíticas para desarrollar programas de monitoreo.
A pesar de ello, desde el 2015 se acometen varios proyectos investigativos sobre el tema, subrayó.
Hace casi una década el servicio estatal Estudio de la Contaminación Atmosférica en Cienfuegos comenzó estos estudios, que luego se expandieron a las provincias de Villa Clara y La Habana mediante otros proyectos más amplios como Tinair, explicó Pérez Avilleira.
El proyecto de monitoreo, evaluación y gestión de la calidad del aire y su impacto sobre la salud humana y los ecosistemas (Tinair) del CEAC, busca fortalecer las capacidades nacionales para la evaluación y gestión de la calidad del aire a nivel nacional, en aras de conocer los niveles, la distribución y el origen de los contaminantes.
Con el fin de medir la contaminación del aire, entre 2019 y 2022 se usaron en Cuba biomonitores o bioindicadores como musgos o líquenes, que son organismos biológicos capaces de modificar su fisiología a partir de la alteración del aire, explicó la investigadora en declaraciones a Prensa Latina.
Para sustentar estos estudios ambientales existe una Estación de Calidad del Aire en Cienfuegos, la cual ha realizado investigaciones de la calidad del aire en varias grandes ciudades cubanas y otra estación en La Habana.
Tinair es un proyecto de alcance nacional, ejecutado por expertos del CEAC y financiado por la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada, que da respuesta al Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático–Tarea Vida.
Esta iniciativa nacional también responde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3 y 11, relativo a grantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades y lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, respectivamente.
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