La cita, celebrada bajo el tema Resiliencia en la atención médica: un imperativo global, centra sus debates en esa alarmante tendencia en el Caribe, que sufre la tasa más alta de mortalidad prematura debido a este tipo de padecimientos, lo cual supone un desafío de salud regional.
En palabras de la directora de Enfermedades No Transmisibles y Prevención de Lesiones, Tamu Davidson, preocupa que personas más jóvenes mueren a causa de las enfermedades mo trasmisibles y, a su vez, prevenibles.
Subrayó que si bien son una emergencia que ha afectado a todas las naciones durante muchos años, la prevalencia de factores de riesgo ambientales resultan notables en el Caribe y contribuyen a la mortalidad temprana.
En el caso de Jamaica, el riesgo de que una persona de 30 años muera de cáncer es aproximadamente del 8,6 por ciento, estadística que la posiciona entre los tres principales países de América en cuanto a mortalidad prematura según el último informe de la Organización Panamericana de la Salud, puntualizó.
Davidson destacó que la genética y la raza son elementos no conductuales que también desempeñan un papel fundamental, particularmente en el contexto caribeño y abogó por mejorar las tasas de supervivencia mediante una mejor detección a tiempo de los cánceres comunes, minimizar el consumo de tabaco, el consumo de alcohol y la obesidad.
Asimismo, elogió los esfuerzos del Ministerio de Salud con vista a mejorar la infraestructura sanitaria y reformar la atención primaria de salud, que forman la base para la promoción de la salud sumado a la intervención médica temprana en el país.
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