La llegada de las lluvias con inundaciones y amenazas de acumulados de 500 a 700 milímetros en cinco días alarman a los salvadoreños en un país propenso a deslaves, riadas e inundaciones en lugares donde existe y con una de las mayores concentraciones de población por kilómetros cuadrados en el mundo.
Las medidas están tomadas y las autoridades ajustan políticas para evitar daños a la población y no tener que lamentar pérdidas de vida. En ese ambiente, la semana comenzó con opiniones del vicepresidente Félix Ulloa, desde el 27º Foro Económico Internacional de San Petersburgo, pidiendo mayor interacción y un espacio como Centroamérica y el Caribe en un nuevo orden mundial.
El dignatario responsabilizó a los países desarrollados de que la región centroamericana sea hoy muy vulnerable para las catástrofes y todos los efectos negativos del cambio climático.
Tambièn fue noticia que el presidente Nayib Bukele mantiene sin definir la integración de su gabinete para su nuevo mandato, algo que Casa Presidencial dijo se conocerá de forma paulatina.
“Continuidad de funcionarios cuestionados es un mal mensaje, que estos pueden estar por encima de la ley y que son prioridad ante el pueblo”, opinó la diputada Claudia Ortiz, de Vamos
Es una incógnita lo que viene detrás del nombramiento paulatino de miembros del gabinete y más aún cuando sectores de oposición y juristas cuestionan la validez de que los miembros del anterior gabinete aun mantienen sus tareas y ordenan.
Según juristas si los funcionarios actuantes no son juramentados, sus actos deben ser considerados nulos. “Si en este momento hay personas sentadas en sillas ministeriales suscribiendo acuerdos, decretos, lo están haciendo sin ninguna investidura ni legitimados”, estimó el abogado José Marinero, experto en derecho administrativo.
Ocupó espacios en la semana la negociación que mantiene el gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI), una entidad caracterizada por exigencias que recortan planes sociales, según valoran comentaristas.
“Estamos a punto de cerrar acuerdo con el FMI”, declaró a la televisora Rusia Today (RT) en español el vicepresidente Ulloa, quien aseveró que su país superó señalamientos exigidos por la entidad crediticia.
La gran interrogante ahora es cuál será la “medicina amarga” que recetará Bukele a sus coterráneos como parte de sus planes de encaminar la economía y lograr dinero fresco.
El país negocia un trato cuando la deuda pública pasó de 19 mil 280.9 millones a 30 mil 173.2 millones de dólares durante el primer mandato, de acuerdo a datos del Banco Central de Reserva, algo que según estimó el académico Óscar Picardo se debe, entre otras cosas a que este es un gobierno muy gastador.
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