Por Julio César Mejías, enviado especial
Quizás sin las desgarradoras imágenes dejadas por Abe tras ser sorprendida por la uzbeca Diyora Keldiyorova (división de los 52 kg), a quien la japonesa dominaba, pero igual enjugado su rostro en lágrimas Cysique abandonó el escenario totalmente desolada pese al gesto protector, casi maternal de su entrenadora.
Abe se fue sin medallas y desilusionada por no repetir la hazaña de ganar junto a su hermano Hifumi dos oros el mismo día, tal cual lo consiguieron en Tokio 2020, y también en los campeonatos mundiales de Bakú 2018, Tashkent 2022 y Doha 2023.
Cysique, le restaba aún la posibilidad de disputar bronce, pero no pudo avanzar a la discusión del título, cuando pareció hallarse físicamente mejor que su rival, la canadiense Christa Deguchi (líder mundial de los 57 kg), tras serle aplicada la tercera amonestación luego de casi nueve minutos de peleado combate, por insertar uno de sus dedos en el judogui de la norteña.
“Comme c’est injuste! Larmes de détresse… (¡Qué injusto! Lágrimas de angustia…), frases de dolor que no cesaron durante minutos en la Arena de los Campos de Marte: inesperado final para un combate que no logró definirse en los cuatro minutos reglamentarios y tampoco hasta el 4:49 de la regla de oro.
Ciertamente, la francesa nunca tuvo la intención, la acción fue fortuita, pero confirmada por la revisión en video.
Fatídico para Cysique, oriunda del norteño departamento francés de Aisnes y con antepasados en la caribeña Guadulupe; positivo para Deguchi (con origen japonés) quien va en busca de un título olímpico, tras dos cetros y un subtítulo en campeonatos mundiales.
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