Israel “está practicando una política imprudente sin previsión de las graves consecuencias que podrían afectar a la región como resultado de sus acciones”, alertó el funcionario en un comunicado.

Aboul Gheit afirmó que los asesinatos son actos que violan el derecho y las normas internacionales.

Las acciones de ese país demuestran su desprecio por las leyes internacionales y las reglas que regulan las relaciones entre los Estados, subrayó.

Ante esa situación, llamó al mundo a presionar a Israel para “evitar una explosión regional”.

El martes la Fuerza Aérea de Israel mató a siete personas en un bombardeo contra un edificio en el sur de Beirut, entre ellas Fouad Shukr, uno de los principales jefes militares de Hizbullah.

Horas después murió en iguales circunstancias en Teherán la máxima figura del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), Ismail Haniyeh.

Aunque no mencionó la agresión contra la capital iraní, el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó ayer que la muerte de Shukr fue una represalia por un ataque contra el Golán sirio ocupado que causó la muerte a 12 menores, que Israel atribuyó a Hizbullah, aunque el grupo libanés negó cualquier participación.

Tanto la milicia chiita como las autoridades iraníes prometieron venganza por esos ataques.

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