Lyles logró 9.79 segundos, la mejor marca de su vida y la misma que el jamaicano Kishane Thompson, pero el número uno de la temporada logró imponerse por apenas cinco milésimas.
Detrás de Lyles (9.79 -.784) y Thompson (9.79-.789), entró el también norteamericano Fredrick Kerley.
Con 9.81 Kerley logró subir al podio de una final en la cual el último en entrar a la meta fue el también jamaicano Oblique Seville (9.91).
Estados Unidos ganó siete de las 10 finales olímpicas, entre 1896 y 1936, y dominó en las sucesivas dediciones, pero en los últimos diez Juegos apenas conquistó cuatro veces la prueba reina del deporte rey.
Con este triunfo, Lyles devuelve al atletismo de Estados Unidos a lo más alto del podio de premiaciones.
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