La víspera, el Ministerio de Energía y Minas decretó en emergencia a ese sector para ejecutar acciones que eviten el impacto de la etapa de sequía.
El titular de esa Cartera de Estado, Antonio Gonçalves, confirmó que la temporada de estiaje ha empezado en los principales embalses, ubicados en la cuenca oriental de Ecuador.
Con esa situación se encienden las alarmas de nuevos riesgos en el abastecimiento de electricidad en el país, que depende en un 90 por ciento de energía hidroeléctrica, señaló el funcionario en entrevista a una emisora local.
Gonçalves advirtió que para el próximo mes de octubre podrían regresar los apagones a nivel nacional, pero reiteró “que están trabajando para que eso no ocurra”.
El Gobierno ecuatoriano busca enfrentar el periodo de sequía con la adquisición de nueva generación eléctrica, que se sumará a los 341 megavatios de potencia que el Ejecutivo contrató en una primera ronda el pasado mes de junio.
En 2023, esta nación sudamericana importó desde Colombia un total de mil 296 gigavatios por hora, según cifras oficiales, por un costo de 281 millones de dólares.
Ecuador sufre una gran inestabilidad en el sector eléctrico por déficit de generación y otros problemas, incluso en el mes de junio hubo un apagón total en el territorio nacional.
La crisis energética aquí se agudizó a mediados de abril, con cortes de hasta 13 horas en algunos lugares y aunque los apagones se suspendieron oficialmente desde el 1 de mayo, ha habido interrupciones por diversos motivos.
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