«Estamos destruyendo sistemáticamente al enemigo, en cada área comenzamos a tomar prisioneros», comentó este sábado Alaudínov a la agencia de noticias Sputnik.
El pasado jueves, Alaudínov informó que varios asentamientos en Kursk estaban siendo desalojados.
Desde el 6 de agosto pasado, los ataques ucranianos en Kursk causaron hasta la fecha al menos 12 civiles muertos y más de 120 heridos, entre ellos 10 niños. Decenas de miles de civiles fueron desplazados por las hostilidades.
Según el gobernador interino de la región, Alexéi Smirnov, las tropas ucranianas se adentraron unos 12 kilómetros en la provincia y tomaron una treintena de localidades con un total de dos mil habitantes para el 12 de agosto. El ancho del frente en esa fecha alcanzaba los 40 kilómetros.
El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió «una digna respuesta» a la provocación de Kiev, al que acusó de disparar indiscriminadamente contra instalaciones civiles, y reafirmó que Moscú logrará todos los objetivos de su operación militar especial en Ucrania.
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