En esa etapa aún necesitarían asistencia urgente, con un deterioro mayor, habitantes de los departamentos de Alta Verapaz y Chimaltenango, precisó la evaluación realizada sobre datos de las Naciones Unidas, instituciones del Estado y organizaciones no gubernamentales locales.

La predicción de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases (CIF) indicó que los números caerían a 2,7 millones (15 por ciento de la población), pero para marzo y mayo del año venidero subirían a 2,8.

Los hogares en mayor riesgo de estar en los etapas de crisis y emergencia son aquellos cuyos ingresos provienen del comercio informal, viven de la agricultura de infra subsistencia y subsistencia o tienen trabajos temporales, detalló el estudio.

Hay varios factores que pueden cambiar estas proyecciones y llevar a que más chapines estén en inseguridad alimentaria, como la tendencia al alza de precios de alimentos y fertilizantes, acotó.

El informe, publicado por la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán), explicó que la reducción de personas podría deberse a que en el 2023 la cosecha de maíz fue 2,3 por ciento mayor comparada con la del año anterior.

Además, subrayó, se produjo un incremento de 9,8 por ciento en las remesas recibidas desde el exterior, así como en el presente período anual bajaron los precios de los combustibles y del maíz blanco.

La secretaria de la Sesán, Mireya Palmieri, y la directora en Guatemala del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Tania Goossens, expresaron que aún falta el análisis de los datos de la CIF para establecer las causas reales de la reducción.

Para junio-agosto de 2023 un texto similar predijo 4,3 millones de guatemaltecos con dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias, por lo cual expertos –citados por el diario Prensa Libre- manifestaron sus dudas.

Se está asumiendo que la situación es menos complicada que la del año pasado, planteó el profesor Jorge Pernillo, de la Escuela de Nutrición de la Universidad Panamericana.

Esto cuando percibimos una crisis mayor que impacta, incluso, en la clase media, remarcó el analista, quien tildó los datos “poco fiables” y “débiles”, como los proporcionados los ministerios de Salud y de Agricultura, con un subregistro.

Guatemala tiene un estimado de 9,7 millones de personas pobres, el 56 por ciento de la población, y en condiciones extremas aparece el 16,2, reveló hace dos días una encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas.

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