La cinta estadounidense, considerada picante y sexy, es producida por la estadounidense A24, y sacó chispas en su estreno reciente en el Festival Internacional de Cine de Venecia, por lo que llenará las salas durante su presentación para Navidad, según lo previsto.
Escrita y dirigida por Halina Reijn, en la película la actriz australiana interpreta a Romy, una ejecutiva fuerte, de éxito, con dos hijas y un esposo (el actor español Antonio Banderas) enamorado y que supuestamente la complace en la cama.
Sin embargo, no es ese el tipo de sexo que ella realmente quiere, por lo que en las madrugadas, cuando su pareja duerme, se va a otra habitación y disfruta un video porno sadomasoquista en su computadora que la lleva al clímax.
Esa rutina explota por la presencia de Samuel (Harris Dickinson), el joven becario de la oficina, con quien coquetea en un encuentro casual en las afueras del edificio donde trabaja, lo que termina en una aventura sadomasoquista.
Sin embargo, Romy se controla y teme lanzarse a concretar sus sueños más salvajes, la atormenta la culpa por serle infiel a su esposo y piensa que su aventura y sus fantasías sexuales rompen con la conducta social que debe mantener.
Kidman ha interpretado otras películas sexualmente explícitas, pero de sus escenas eróticas en Babygirl declaró a la revista Vanity Fair: “Esto es algo que haces y escondes en tus videos caseros”.
En la rueda de prensa del filme antes de su presentación en Venecia, su directora manifestó que las escenas de sexo pueden ser necesarias e iluminadoras si se hacen bien, a la vez que advirtió. “La enorme brecha del orgasmo sigue existiendo. Tomen nota, hombres”, dijo.
Harris Dickinson, por su parte, lanzó a la sala abarrotada de periodistas lo que pudiera ser la máxima de Babygirl y uno de sus mayores atractivos: “Todo el mundo se merece un buen orgasmo”.
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