Los enfrentamientos comenzaron en las primeras horas de la madrugada, según Radio Okapi, y persistían en la tarde en la ciudad de Muheto y otros pueblos de los alrededores como Kanzenze, Kanyatsi y Nyamitaba, en la agrupación de Bashali Kaembe.
La víspera también hubo combates en esta área durante la mayor parte del día, y fuentes locales afirmaron al medio congoleño que los ataques de este lunes son una represalia por las graves pérdidas que sufrieron los insurgentes en esos encuentros.
Igualmente denunciaron que el M23 reforzó sus posiciones en los alrededores de Kibirizi, en la jefatura de Bwito, en el territorio de Rutshuru, y en los dos grupos de la jefatura de Bashali, en el territorio de Masisi, lo que pone en riesgo el proceso de paz que se lleva a cabo en Angola.
En la RDC está vigente un alto al fuego pactado con Ruanda el 30 de julio en Luanda y en vigor desde el 4 de agosto.
Ambos países estaban analizando la propuesta de paz definitiva realizada por Angola, en calidad de mediadora en el proceso.
En ese camino, expertos de los dos países debieron sostener encuentros en Luanda a finales de agosto, pero ninguna de las partes involucradas hizo alusión a esa reunión.
Tampoco ha habido pronunciamientos sobre el cuarto diálogo ministerial entre RDC y Ruanda, que según lo acordado en la tercera conversación entre los cancilleres estaba pactado para los días 9 y 10 de septiembre.
En la RDC ciertos sectores de la sociedad y la oposición presionan al Gobierno para abandonar las conversaciones, teniendo en cuenta que el M23 no detuvo sus acciones. Kinshasa acusa a Kigali de brindar apoyo a los rebeldes del M23, que mantiene ocupadas varias ciudades y comunas en el este de la RDC; en tanto Ruanda sostiene que el gobierno congoleño da respaldo a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).
En medio de esto, el M23 declaró que no tiene que respetar un acuerdo en cuya negociación no participó.
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