Mediante un comunicado, el Ministro de Asuntos Exteriores y Comercio informó que el país votará en contra de la introducción de aranceles adicionales y confirmó la aspiración de «lograr una cooperación económica civilizada, tranquila y mutuamente respetuosa con China” en los próximos años.
El jefe de la diplomacia húngara, Péter Szijjártó, recordó que el Ejecutivo de la UE suele asociar las medidas punitivas a la supuesta defensa de los intereses de los productores del bloque comunitario, pero las empresas europeas, opinó, “protestan contra la subida de aranceles”, pues también están presentes en el gigante asiático en calidad de fabricantes.
Si la UE quiere mejorar su competitividad, no puede hacerlo “mirando a China como un rival”, recomendó.
Las prácticas proteccionistas perjudicarán a los consumidores europeos y la forma correcta de resolver los conflictos y las diferencias es mediante las consultas, coinciden las cancillerías de Hungría y el gigante asiático.
En agosto de 2024 la Comisión Europea divulgó un anteproyecto de conclusiones definitivas que estipula aranceles entre el 17 y el 36,3 por ciento para los vehículos eléctricos provenientes de China.
Para los automóviles Tesla importados del país asiático se prevé una tasa individual del nueve por ciento y, según lo anunciado, los nuevos gravámenes podrían introducirse a más tardar en noviembre de este año.
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