En rueda de prensa, el jefe del Gobierno consideró el movimiento de libaneses de las últimas horas como la mayor operación de desplazados en el país y la región.
Según reveló, un total de 778 centros albergan a miles de habitantes, a quienes se les aseguró las necesidades básicas como alojamiento y comida.
En medio del constante asedio militar israelí, Mikati agradeció la generosidad de la población y de todos lo que abrieron sus hogares y ofrecieron apoyo a los centros de refugiados y otros lugares de acogida.
La máxima figura del Ejecutivo comentó la importancia de garantizar los recursos relacionados con la salud pública para evitar brotes de enfermedades, así como la gestión de residuos debido a la gran acumulación de personas.
El primer ministro afirmó la continuidad de los contactos diplomáticos y los esfuerzos para alcanzar un alto al fuego, tras la escalada israelí contra la nación.
Durante este domingo, 24 civiles murieron y 29 sufrieron lesiones en el bombardeo israelí contra un edificio residencial que albergaba a decenas de familias desplazadas en Saida, en el sur libanés.
Los aviones de guerra llevaron a cabo nuevos ataques en el suburbio sureño de Beirut, mientras atacaron la zona de Choueifat, en paralelo con el aterrizaje de un avión civil en el Aeropuerto Internacional de Beirut.
El ejército de Líbano instó a los ciudadanos a mantener la unidad nacional y a no dejarse llevar por acciones que puedan afectar la paz civil durante esta etapa peligrosa.
Mediante un comunicado, el ente castrense advirtió que la ocupación israelí lleva a cabo sus planes de destrucción y fomenta la división entre los libaneses.
El Ministerio de Salud Pública anunció el asesinato de 14 paramédicos como consecuencia de las incursiones israelíes en los últimos dos días.
De acuerdo con las autoridades sanitarias, el número de víctimas en Líbano superó los mil 640 muertos y los ocho mil 400 heridos desde el 8 de octubre pasado.
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