El Ministerio de Comercio chino expresó su firme oposición a estas acciones y señaló que Ottawa ignoró «los hechos objetivos, las normas internacionales del comercio y las advertencias de varias partes».
Según el comunicado, las decisiones del gobierno canadiense violan los principios de una economía de mercado y de la competencia justa, lo que afecta gravemente la cooperación económica y comercial entre ambos países, además de alterar las cadenas de suministro globales.
Como medida de respuesta, Beijing presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y activó una investigación sobre discriminación comercial contra las restricciones impuestas por el país norteño.
«Canadá debería evaluar de manera racional y objetiva la cooperación económica y comercial bilateral, respetar los hechos y cumplir con las reglas de la OMC», afirmó el texto oficial.
De acuerdo con el comunicado, el gigante asiático tomará «todas las medidas necesarias» para proteger los derechos de sus empresas.
Esta declaración se produce tras la entrada en vigor de un impuesto adicional del 100 por ciento sobre los automóviles eléctricos provenientes de China.
Además, Ottawa anunció que a partir del 22 de octubre aplicará una tarifa del 25 por ciento a productos de acero y aluminio importados del país asiático.
El conflicto comercial entre ambos países ha ido en aumento en los últimos años y las recientes decisiones de Canadá refuerzan las tensiones en un contexto de crecientes disputas sobre aranceles y medidas proteccionistas.
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