«En este momento, la búsqueda y el rescate son nuestra máxima prioridad, y también estamos rezando por aquellos que están desaparecidos y por su regreso seguro», dijo el funcionario de la administración de Joe Biden al enfatizar que, si bien ya el evento meteorológico salió al mar, “el peligro continúa”.
«Los cables de electricidad caídos, las inundaciones, el agua potable no potable y los escombros están creando condiciones mortales”, subrayó Maryorkas.
Milton, que vino precedido y acompañado de una cadena de tornados, fuertes vientos y lluvias torrenciales, provocó daños severos a viviendas e infraestructura, inundaciones y más de tres millones de clientes quedaron sin servicio eléctrico.
‘La monstruosa tormenta obligó a millones de personas a evacuar y dejó una destrucción generalizada en toda Florida’, reseñan medios locales.
El presidente Biden pidió a los miembros del Congreso -en receso hasta después de las elecciones- que regresen “inmediatamente” para aprobar la ayuda por desastres.
«Creo que el Congreso debería actuar lo más rápido posible, en particular en lo que respecta a la necesidad más inmediata, que son las pequeñas empresas», recalcó.
Además, solicitó actuar con celeridad para aprobar fondos adicionales destinados a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.
El pasado 26 de septiembre tocó tierra también en Florida el devastador huracán Helene, del que aún no se recuperan los seis estados del sureste del país afectados. El fenómeno dejó hasta el momento cerca de 230 fallecidos y un número de desaparecidos aún por precisar.
A pesar del daño de Helene y ahora Milton, Mayorkas dijo: «Tenemos la capacidad y la habilidad para responder y recuperarnos de múltiples desastres simultáneos».
Un estudio publicado ayer advirtió que debido al cambio climático, los océanos cálidos proporcionan una enorme fuente de energía para que las tormentas se fortalezcan y crezcan.
Más del 90 por ciento del calentamiento global de las últimas décadas se ha producido en los océanos y los huracanes aprovechan al máximo esa energía extra.
El agua excepcionalmente cálida del golfo de México que potenció al mortífero huracán Helene fue hasta 500 veces más probable precisamente por el cambio climático global causado por la mano del hombre, subrayó.
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