El homenaje, que provino también del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo, y del pueblo, tuvo lugar en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia.
Según un reporte de la Agencia Cubana de Noticias, se dieron cita las principales autoridades de la provincia y una representación de los santiagueros, quienes, en nombre de los cubanos, evocaron el gesto fundacional del patricio bayamés en el ingenio Demajagua.
El 10 de octubre de 1868, en el ingenio ubicado en Manzanillo (oriente), el abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes dio inicio a las luchas por la independencia de la isla caribeña, al liderar a un grupo de patriotas que deseaban despojarse del control del colonialismo español.
El patricio también marcó el carácter abolicionista de la gesta, pues concedió la libertad a sus esclavos, a quienes convocó a la contienda en calidad de hombres libres.
Un manifiesto leído aquella mañana al despuntar el sol, no solo refrendó esos principios, sino además la disposición de convertir a Cuba en una nación grande y civilizada que tendiera “un brazo amigo y un corazón fraternal a todos los demás pueblos”.
El estallido revolucionario del 10 de octubre de 1868 fue el comienzo de la primera guerra por la independencia, que duró 10 años, mostró la madurez de una conciencia nacional patriótica y forjó la nación cubana.
Aunque no culminó con la realización de las aspiraciones que la impulsaron, fue la chispa que dio lugar luego a las denominadas Guerra Chiquita (1879-1880) y Guerra Necesaria (1895-1898), esta última organizada por Martí.
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