Álvarez, quien asistió en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, a la reunión trimestral de este órgano para dar seguimiento a la situación que vive el pueblo de Haití, argumentó que la reciente masacre de más de 115 personas en la comunidad de Pont-Sondé evidencia la inseguridad en la nación fronteriza.
En ese sentido, llamó la atención acerca del riesgo potencial de que esta violencia rebase los límites de la frontera con Dominicana.
El 10 de octubre pasado el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió al gobierno de Luis Abinader suspender las deportaciones, en momentos en que el vecino país atraviesa una situación de caos, violencia y crisis política.
«La incesante violencia armada y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Haití no permiten en estos momentos el regreso seguro, digno y sostenible de los haitianos al país”, dijo Türk en una declaración, en tanto extendió el llamado a otros países.
Álvarez insistió este martes en que “el Gobierno dominicano no puede aceptar el insensato llamado a detener las repatriaciones, pues esto sería, afirmó, el equivalente a declarar una frontera abierta, lo que ayudaría a incentivar una mayor migración irregular al país».
En ese mismo orden, expresó que a cuatro meses del despliegue inicial de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad de Haití y pese a sus indiscutibles esfuerzos, se esperaban resultados más contundentes.
Recordó que en su último discurso ante la Asamblea General, el dignatario dominicano consideró «inaceptable que a estas alturas los países que han tenido incidencia en la situación haitiana o que se han comprometido con su solución, no hayan cumplido plenamente con sus promesas”.
Valoró el trabajo que realiza la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Puerto Príncipe, por lo que pidió que apoye en la organización del proceso electoral en ese país.
No obstante, reconoció que es imposible pensar en la celebración de las elecciones en Haití bajo las condiciones actuales.
Manifestó que es momento de redoblar los esfuerzos para apoyar sin vacilaciones a ese pueblo y no dejarse vencer por el panorama desafiante que aún persiste.
A inicios de este mes el Gobierno inició un plan de deportación masiva de haitianos. Unos 28 mil ciudadanos de ese país fueron repatriados en las últimas tres semanas, de acuerdo con la Dirección General de Migración.
De inmediato Puerto Príncipe condenó “las brutales escenas” de devolución de sus coterráneos.
“Las brutales escenas de redadas y deportaciones que estamos presenciando son una afrenta a la dignidad humana”, escribió en la red social X la ministra haitiana de Exteriores, Dominique Dupuy.
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