Así lo demuestra un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, sobre los factores que influyen en el denominado efecto de isla húmeda.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores utilizaron observaciones diarias de satélite y radar desde 2001 hasta 2020 para determinar la diferencia en las precipitaciones entre las ciudades y sus áreas rurales circundantes.
Para Marshall Shepherd, un científico atmosférico de la Universidad de Georgia en Atenas, de las mil 56 ciudades estudiadas, el 63 por ciento eran islas urbanas húmedas, y que están bastante generalizadas.
La diferencia entre las precipitaciones urbanas y rurales, conocida como anomalía de precipitación urbana, fue más extrema en lugares cálidos y húmedos. Las ciudades costeras también tenían más probabilidades de experimentar una anomalía de precipitación urbana más alta que las ciudades del interior, explicó.
Para estudiar los factores que impulsan la precipitación en las ciudades, los investigadores analizaron la urbanización y los factores ambientales, incluida la temperatura, la topografía y la población.
Las ciudades con grandes poblaciones, en el orden de millones de personas, tendían a tener una mayor precipitación en relación con sus alrededores. Lo mismo ocurrió con las ciudades con niveles elevados de aerosoles, que pueden provenir de la contaminación y contribuir a la formación de nubes.
Aquellas que reciben más lluvia pueden necesitar planificar para las inundaciones, mientras que los lugares que son más secos que las áreas circundantes pueden necesitar considerar cómo las precipitaciones impactan los recursos hídricos.
En 2001, las ciudades del estudio recibieron alrededor de 38 milímetros más de lluvia que las áreas circundantes. En 2020, esa cifra había aumentado a alrededor de 64 milímetros de precipitación.
Para los científicos, esto está ocurriendo porque la gente ha estado construyendo más ciudades y más grandes. Hay una relación directa entre el tamaño de las ciudades y cómo estas generan consecuencias en algunas variables meteorológicas.
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