Fuentes del Elíseo confirmaron a medios locales que el nombramiento no se realizará este jueves, con el mandatario que regresó al finalizar la tarde de Polonia, donde abordó la ayuda a Ucrania en su conflicto con Rusia.
Según trascendió más temprano, Macron planeaba recortar su visita a Varsovia para realizar el anuncio, en un contexto de expectación por la crisis política imperante, agravada con la renuncia hace una semana de Barnier, después de que la Asamblea Nacional adoptara una moción de censura en su contra.
La caída del gobierno integrado por el oficialismo y los conservadores dejó al país sin un proyecto de ley de Presupuesto para el 2025, iniciativa fustigada por su impacto en los sectores populares y la clase media por la izquierda y la extrema derecha, que unieron fuerzas pese a sus diferencia ideológicas para aprobar la moción.
Macron lanzó negociaciones con la mayoría de las fuerzas políticas con el propósito de designar a un jefe de Matignon que tendría la responsabilidad de formar un gobierno “de interés general”, que pueda escapar de la amenaza latente de una nueva censura en la cámara baja.
Por primera vez en la historia de la V República, la cual comenzó en 1958, Francia tendrá cuatro primeros ministros en un mismo año, puesto al que renunciaron por la crisis Élisabeth Borne en enero, Gabriel Attal en julio y Barnier el jueves pasado.
Entre los nombres que se mencionan para llegar al cargo destacan el aliado del oficialismo François Bayrou, alcalde de Pau y líder del Movimiento Demócrata, el ex primer ministro Bernard Cazeneuve, una figura promovida por los socialistas, y el otrora canciller Jean-Yves Le Drian.
A partir de la diversidad de alianzas y partidos con presencia importante en la Asamblea Nacional, ninguno de ellos con la mayoría absoluta, el peligro de una nueva moción de censura constituye una espada de Damocles permanente en suelo galo.
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