En un comunicado de la Conferencia Episcopal Salvadoreña, los prelados católicos exteriorizaron su preocupación por el anuncio del gobierno de retomar la explotación minera, un asunto que crea debates y discrepancias en los últimos días en el país.
Los religiosos reconocieron los logros del gobierno, en especial en la seguridad, y dijeron que no pretenden contradecir al presidente, y los que lo mueve a oponerse al plan es únicamente el bien del pueblo.
Sin querer favorecer a la oposición política, los obispos ratificaron que están totalmente de acuerdo en oponerse a la derogación de la Ley de prohibición de la Minería metálica adoptada en marzo de 2017.
Explicaron que El Salvador es el segundo país con mayor deterioro ambiental en las Américas y un reinicio de la explotación minera impactará de forma “gravísima” sobre sus pocos recursos hídricos y en la vida de los salvadoreños y en la diversidad.
El documento advierte que el uso de sustancias venenosas en el proceso de metales preciosos terminará por contaminar al país de la peor manera.
En una nación tan pequeña y poblada como El Salvador, los efectos negativos se multiplicarían , puntualizaron al expresar su no rotundo a la explotación minera. Apoyamos el desarrollo económico, dijeron; sin embargo, la mayor riqueza de un pueblo es la vida de las personas y la salud.
Debemos buscar caminos de desarrollo económico que beneficien a todos, principalmente a los pobres, subrayaron los prelados en el documento suscrito, entre otros, por el Arzobispo de El Salvador, José Luis Escobar Alas, presidente de la Conferencia Episcopal, y el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar Emérito de San Salvador.
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