El Departamento General de Medicina Preventiva seguirá de cerca la situación y coordinará con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros socios internacionales para compartir actualizaciones y evaluar la progresión del brote, indicó en una nota el Ministerio de Salud.
De acuerdo con la propia cartera, si la desconocida enfermedad se propaga, el departamento colaborará con la OMS, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos y otras agencias relevantes para proponer respuestas apropiadas, incluidas medidas de cuarentena sanitaria mejoradas.
El brote del misterioso padecimiento surgió en la remota zona rural de Panzi, en la provincia congolesa de Kwango, donde 406 personas enfermaron, la mayor parte de ellas (53 por ciento) niños. Además, el 53,8 por ciento de los fallecidos fueron menores de cinco años de edad que sufrían de desnutrición.
Fiebre, dolores de cabeza, tos, secreción nasal y dolores musculares son los síntomas fundamentales de la enfermedad, que en opinión de expertos podría tener en la malaria (muy extendida en la región) un factor contribuyente.
La OMS evaluó el riesgo para las comunidades afectadas como alto, dadas las dificultades y las malas condiciones de vida, mientras lo consideró moderado a nivel nacional y bajo a nivel regional y mundial. De cualquier modo, recomendó la vigilancia en las fronteras cercanas a Angola.
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