Seis días antes de abandonar la Casa Blanca, el presidente Joe Biden, quien había prometido un cambio en la política hacia Cuba desde su campaña electoral en 2020, dio pasos aún limitados, pero en la dirección correcta al determinar lo que era una verdad a voces: la nación antillana no patrocina el terrorismo; sin embargo, ha sido víctima del flagelo por décadas.
Al ofrecer sus valoraciones a Prensa Latina tras circular la noticia, Cheryl LaBash, copresidenta de la NNOC, afirmó: “Cuando luchamos, ¡ganamos!”
Sus palabras hacen referencia a las “muchas resoluciones que representan a más de 60 millones de personas en los Estados Unidos —concejos municipales, legislaturas estatales, sindicatos— que hicieron oír su voz”.
Dijo que todo ese esfuerzo va “junto al mundo que año tras año habla y vota en la asamblea general de las Naciones Unidas, los pueblos de América Latina y el Caribe, los cubanos que viven en el exterior”.
Queremos que el mundo sea una zona de paz y desarrollo humano -subrayó la activista. “¡Es hora de poner fin a la guerra económica contra Cuba! 10 años después de que Cuba ganara la lucha por el regreso de los Cinco héroes cubanos, demostramos que juntos podemos ganar. ¡Viva Cuba! ¡Viva Fidel!”, concluyó.
La tarde de este 14 de enero, un comunicado de la Casa Blanca destacó que “desde el comienzo de la administración Biden-Harris, la política de Estados Unidos hacia Cuba se ha centrado en empoderar al pueblo cubano para que determine libremente su propio futuro y promover el respeto por los derechos humanos.
Tal propósito guió -apuntó- “nuestras políticas para reunificar a las familias cubanas, fortalecer los lazos culturales y educativos entre Cuba y Estados Unidos, permitir que las remesas fluyan más libremente al pueblo cubano y aumentar el apoyo a los empresarios cubanos independientes”.
El mensaje señaló que «en primer lugar, hoy notificamos al Congreso que el presidente Biden determinó que Cuba ya no debería ser designada como Estado patrocinador del terrorismo», confirmó la Casa Blanca.
«En segundo lugar, notificamos al Congreso que el presidente emitió una exención para el Título III de la Ley Helms-Burton, también conocida como Ley Libertad, por un período de seis meses», añadió.
Por último, el presidente Biden rescindió el Memorándum Presidencial de Seguridad Nacional 5 de 2017 sobre la política hacia Cuba para eliminar la llamada ‘lista restringida’ y, por extensión, las regulaciones adicionales sobre la interacción de personas y entidades estadounidenses con personas y entidades cubanas, más allá de lo que actualmente prescribe la legislación de Estados Unidos.
Cuba fue incluida por primera vez en esa lista de estados patrocinadores del terrorismo en 1982, durante la administración de Ronald Reagan (1981-1989) y Barack Obama (2009-2017) revirtió la medida en 2015 tras admitir que carecía de mérito.
Pero en enero de 2021, pocos días antes de abandonar el Despacho Oval, Donald Trump volvió a incluir a Cuba en esa lista, algo que revierte Biden ahora en el ocaso de su mandato.
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