martes 18 de febrero de 2025
Search
Close this search box.

Ichiro Suzuki: primer pelotero japonés en conquistar Cooperstown

Washington, 21 ene (Prensa Latina) Ichiro Suzuki se eleva con la precisión de un haiku bien trazado, al encontrar el pedestal que siempre le correspondió, al convertirse hoy en el primer pelotero japonés en entrar al Salón de la Fama de Cooperstown.

   El eco de su grandeza, con su impecable trayectoria y su influencia global, resulta tan fuerte, que fue elegido por el 99.7 por ciento de los votos, a solo uno de la unanimidad, privilegio exclusivo del relevista panameño de los Yankees de Nueva York, Mariano Rivera.

   La carrera de Ichiro es una oda al perfeccionismo. Nacido el 22 de octubre de 1973 en Kasugai, creció bajo la disciplina férrea inculcada por su padre, quien moldeó su ética de trabajo desde la infancia.

   En la Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB), con el uniforme de los Búfalos de Orix, dejó una huella indeleble, al acumular, desde su debut en 1992 hasta su salto a las Grandes Ligas en 2001, mil 278 hits, tres títulos de Jugador Más Valioso (MVP) consecutivos y siete Guantes de Oro y erigirse en un ídolo nacional.

   Su llegada a la MLB marcó el inicio de una revolución. Con los Marineros de Seattle, Ichiro se convirtió en un fenómeno inmediato: novato del año y MVP de la Liga Americana en 2001, un logro sin precedentes.

   Con un estilo, que combinaba precisión quirúrgica con velocidad explosiva, era un espectáculo único y reinventó el concepto del juego de contacto en una era dominada por la fuerza bruta.

   En sus 19 temporadas en las Grandes Ligas estadounidenses, conectó tres mil 89 hits, robó 509 bases y tuvo 10 participaciones en el Juego de Estrellas.

   Pero más allá de los números, su impacto se mide en la estética de su juego: su swing compacto, como un golpe de katana; su brazo desde los jardines, tan preciso como una flecha lanzada al corazón de un blanco, y su presencia en el campo, una combinación de calma y determinación.

   En el nivel mundial, combinando sus estadísticas de Japón y las Grandes Ligas, conectó cuatro mil 367 hits, más que cualquier jugador en la historia del béisbol profesional.

   Ichiro no solo inspiró a generaciones de jugadores en Japón, sino que abrió las puertas de las Grandes Ligas a otros talentos. Su inclusión en Cooperstown, más que un reconocimiento personal, es un homenaje a todos aquellos que sueñan con trascender fronteras y convertirse en leyendas.

   Cuando su nombre sea entonado en los salones del templo del béisbol, resonará con el respeto de aquellos que saben que la grandeza no conoce idiomas, culturas y continentes. Ichiro Suzuki, el samurái del diamante, habrá conquistado su lugar eterno entre los inmortales.

arc/blc

MINUTO A MINUTO
relacionadas
EDICIONES PRENSA LATINA
Copy link