Tarrio, quien cumplía una sanción de 22 años de cárcel luego de su sentencia en septiembre de 2023 en un juicio que lo encontró culpable de conspiración sediciosa, recibió la pena más larga de todos los amotinados el 6 de enero cuatro años atrás.
Los fiscales señalaron que en poder del exjefe de esa organización estaba un plan estratégico de nueve páginas para «asaltar» edificios gubernamentales en esta capital en la mencionada fecha, que coincidía con la certificación de la victoria electoral en 2020 del demócrata Joe Biden durante una sesión conjunta del Congreso.
Tarrio también mantuvo una retórica violenta en mensajes con otros miembros de Proud Boys en los que hablaba sobre lo que harían si se avalaba entonces el triunfo de Biden.
Este martes también salió de prisión, Stewart Rhodes, jefe de la igualmente agrupación supremacista blanca y de extrema derecha Oath Keepers, que cumplía una pena de 18 años.
Un juez federal condenó a Rhodes en mayo de 2023 después de ser declarado culpable de conspiración sediciosa y según la investigación, los Oath Keepers almacenaron armas en un hotel de Washington, D.C., y organizaron el ataque.
«Eso fue un montón de tonterías», expresó Rhodes a ABC News poco después de su excarcelación al repetir lo mismo que los animó cuatro años atrás: «Creo que la elección de 2020 fue inconstitucional. Violó las leyes electorales estatales», subrayó.
El exdirector del FBI Christopher Wray (renunció antes de que Trump asumiera el cargo de vuelta), calificó tanto a los Proud Boys como a los Oath Keepers como grupos extremistas nacionales.
«Sin duda, el ataque al Capitolio involucró a extremistas violentos», dijo Wray durante su testimonio en marzo de 2021 ante el Comité Judicial del Senado.
De las casi mil 600 personas que enfrentaron cargos asociados con el ataque al Capitolio, según las cifras publicadas por la Fiscalía de los Estados Unidos, al menos 608 fueron por agredir, resistirse o interferir con la policía que intentaba resguardar el complejo del Congreso.
Los sucesos sin precedentes causaron cinco muertos y más de 140 policías heridos.
Trump indultó la víspera a unas mil 500 personas que irrumpieron violentamente en el Capitolio federal en cumplimiento de su promesa electoral: «perdón a todos los rehenes del J6 desde el primer día».
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