«Cualquier ataque de ese tipo a la ciudad de Goma corre el riesgo de tener consecuencias catastróficas para cientos de miles de civiles, al exponerlos a violaciones y abusos de los derechos humanos”, dijo Ravina Shamdasani, portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU.
El aumento de las hostilidades provocó que, solo este año, unas 400 mil personas tuvieron que desplazarse en Kivu del Norte y del Sur.
La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur, por sus siglas en inglés), reportó ataques y bombardeos a los campamentos de personas desarraigadas, lo que causó la muerte de dos menores el pasado 20 de enero y, un día después, la destrucción de cinco refugios improvisados.
También se señala a la violencia sexual como otro «componente muy terrible”, del conflicto.
“Los grupos armados secuestran, mantienen cautivas y someten a mujeres y niñas a esclavitud sexual, y muchas de ellas han sido asesinadas tras ser violadas”, aseguró Shamdasani.
El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que la escalada de las tensiones ante el posible el avance del grupo rebelde M23 hacia la ciudad de Goma, “aumenta la amenaza de una guerra regional”.
Pidió al M23 que cese inmediatamente su ofensiva, se retire de todas las zonas ocupadas y respete el acuerdo de alto el fuego del 31 de julio de 2024.
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