Con la presencia del embajador de China en Cuba, Hua Xin, dio inicio la Fiesta de la Primavera, organizada conjuntamente entre la legación de la sede diplomática de esa nación en la isla y el gobierno de la provincia de La Habana.
Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Xin, quien le dio la bienvenida al Año Nuevo Chino y se refirió a la profunda amistad entre los pueblos de ambos países.
Xin agradeció al gobierno provincial, al Instituto Confucio, de la Universidad de La Habana, y a la comunidad china en Cuba por el apoyo para desarrollar la feria.
El Festival de la Primavera es la fiesta tradicional más importante para el pueblo chino; tiene su origen a partir del conocimiento de los antiguos chinos y se ha convertido en una celebración mundial, destacó el embajador.
A partir del año 2023 la Fiesta de la Primavera se incluyó de manera oficial como Día feriado en el calendario de Naciones Unidas y en 2024 fue inscrita por la Unesco en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, recordó Xin.
Nos reunimos aquí en esta mañana con nuestros amigos cubanos para repasar lo vivido y logrado durante los pasados 12 meses, e iniciar un Año Nuevo llenos de esperanza, expresó.
El diplomático chino también recordó la excelente amistad que une a ambos pueblos y gobiernos.
China y Cuba celebraremos el 65 aniversario del establecimiento de nuestras relaciones, resaltó el embajador, quien anteriormente se refirió al máximo esfuerzo de su parte por promover esos especiales lazos.
En 2025 también festejamos esta feria en La Habana junto con el Año de la Serpiente. Deseamos que China y Cuba logren un mayor desarrollo y más cooperación, concluyó el embajador del gigante asiático.
Luego de su discurso de inicio del evento, los invitados de honor y asistentes en general presenciaron el acto cultural con la exhibición de cantos, bailes, moda y las artes marciales de la nación hermana.
Al concluir la ceremonia, el diplomático chino cortó la cinta roja que dejó inaugurada la gran Fiesta de Primavera y con este comienzo un extenso cordón de carpas en el Paseo del Prado donde se mostraron diversos elementos de la cultura popular china.
La exposición incluyó souvenirs, alimentos, tejidos, los inolvidables pandas de peluche junto a pequeñas serpientes confeccionadas en tela y otras piezas tradicionales chinas.
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