“Ante los impactos fiscales y las medidas draconianas que se avecinan, me resulta inaceptable continuar en funciones si ello implica el negarnos a un proceso de evaluación formativa que atienda la sostenibilidad de la UPR”, dijo en su carta de renuncia como décimo tercer presidente de la casa de altos estudios.
Ferrao manifestó que no está dispuesto a comprometer los valores fundamentales que rigen la institución ni a liderar una administración que se vea forzada a tomar decisiones que atenten contra su estabilidad y misión educativa.
“Desde el inicio de mi gestión, impulsé un proceso de transformación que, si bien ha sido necesario para garantizar la estabilidad y competitividad de la UPR, ha tenido resistencia en algunos sectores de nuestra comunidad universitaria”, aseguró el dimitente, que en estos días enfrentó protestas por su intención de eliminar 64 programas académicos.
Cada una de las iniciativas emprendidas, precisó, están guiadas por un profundo compromiso con la educación pública de excelencia y la sostenibilidad de la institución a largo plazo.
Ferrao se mostró convencido de que la UPR tiene la capacidad y la fortaleza histórica para superar los desafíos que enfrenta y continuar siendo un pilar del desarrollo social, cultural y económico de Puerto Rico.
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