Bajo un férreo dispositivo de seguridad y restringido acceso de la prensa nacional y extranjera acreditada, el jefe de la diplomacia estadounidense hizo declaraciones desde el Aeropuerto Marcos A. Gelabert, de Albrook, en esta capital, en las que alabó la cooperación de Panamá en este programa con el auspicio de Washington.
Sin referirse al tema centro de su visita de tres días y el que más inquieta a la opinión pública- las constantes amenazas del presidente Donald Trump de retomar el control del Canal de Panamá, por la injerencia de China, según el comunicado del Departamento de Estado-, Rubio, en perfecto español, se limitó a elogiar la cooperación del Gobierno de José Raúl Mulino en el proceso de retornar a los indocumentados a sus países de origen.
“Lo que ha pasado en este hemisferio con la migración masiva es muy lamentable, es una tragedia”, aseveró el exsenador por la Florida sin profundizar en las causas y leyes de su país que estimulan una migración insegura y descontrolada.
Este programa, subrayó, no solo ayuda a limitar los flujos sino también a prevenir que personas con antecedentes criminales puedan seguir adelante y crear problemas no solo en Panamá, sino en otros países.
“Entendemos que la mayoría de las personas que entra por acá (Panamá) tiene destino eventualmente llegar a Estados Unidos, asi que hasta cierto punto nuestro frontera no empieza en Texas y México, empieza antes y lo mejor que hacemos es crear desincentivos”, remarcó sobre una idea que ha repetido Mulino, y que las organizaciones estiman es eje para la injerencia en este asunto por parte de Washington.
“Hemos trabajado muy duro, muy fuerte y muy juntos y vamos a seguir haciendo eso como parte de muchísimas cosas con las cuales cooperamos con nuestros amigos del Gobierno de Panamá”, dijo sin referirse al anuncio la víspera del jefe de Estado anfitrión de ceder una pista de aterrizaje de la base Nicanor, de Metetí, en la selva de Darién, como punto de traslado de migrantes, medida cuestionada por los sindicatos pues sería centro de recepción de aeronaves de guerra estadounidense y punta de lanza contra pueblos hermanos de la región. Luego en inglés, Rubio reiteró aspectos generales sobre la migración irregular de la cual solo se benefician los traficantes de personas, dijo; y agregó que estos programas como el memorando de entendimiento suscrito con Panamá el 1 de julio es una muestra firme de que si una persona viene, es posible la detengan y retornen a su país de origen.
Por su parte, el ministro de Seguridad del istmo, Frank Ábrego, quien acompañó a Rubio además del canciller local, Javier Martínez-Acha, precisó que se trata del vuelo chárter número 44 desde la firma del memorando y se deportaban a 43 migrantes colombianos , de ellos siete expulsados por tener antecedentes penales, quienes encadenados fueron conducidos hasta la aeronave, constató Prensa Latina.
El mensajero de Trump, como lo califica el movimiento popular panameño, viajará este mismo lunes a El Salvador, como parte de una gira que también lo llevará a Guatemala, Costa Rica y República Dominicana, en ese orden.
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