Pese a los peligros asociados a la nueva carrera armamentista, el representante de la mayor agrupación bélica del planeta insistió en la decisión de elevar los gastos, en una cumbre informal con líderes del bloque comunitario, celebrada en el palacio de Egmont, en Bruselas.
Al decir del papa Francisco, las guerras están alimentando una lamentable economía armada: “¡Qué escándalo y qué hipocresía: la gente muere mientras los negocios que causan violencia y muerte prosperan!», alertó en diciembre pasado el líder religioso mediante su cuenta oficial de X.
La reunión realizada este lunes subrayó la asociación OTAN-UE e instó a ambas organizaciones a “ir juntas más deprisa y más lejos ante los crecientes retos en materia de seguridad”.
“El nivel exacto lo decidiremos dependiendo de las carencias de capacidades militares que detectemos”, respondió Rutte a periodistas en relación con las inversiones en territorio europeo.
De cualquier manera el nuevo compromiso será mucho más alto, aseveró el funcionario, al recordar el acuerdo de la OTAN de que cada uno de sus miembros gaste en el sector de la Defensa un monto equivalente al dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), como mínimo.
A su llegada a la reunión en Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, confirmó el interés de “mantener un debate franco, abierto y libre” sobre las prioridades militares de la UE para cerrar filas frente a amenazas externas, las cuales atribuyen fundamentalmente a Rusia, aunque Moscú niega por completo la veracidad de tales afirmaciones.
También el canciller alemán, Olaf Scholz, llamó a los Estados morosos del bloque a gastar al menos el dos por ciento del PIB en defensa y abogó por flexibilizar la aplicación de las reglas competencia de la UE para potenciar la industria bélica a gran escala.
El presidente francés, Emmanuel Macron, consideró que no habrá respuesta a la cuestión de la seguridad colectiva, a menos que los países de la UE “lleven más lejos su industria de defensa y su base industrial y tecnológica de defensa”, asuman más inversiones y adopten una preferencia europea a la hora de ejecutar las compras.
En febrero del año pasado, la OTAN anunció que sus gastos en 2024 alcanzarían una nueva cifra récord, seis veces superior a la registrada en 2014.
A escala internacional continúa sin cumplirse la promesa de las naciones más contaminantes de pagar 100 mil millones de dólares al año durante 12 años por concepto de financiación climática; sin embargo, la meta hubiera sido posible solamente con el presupuesto de la OTAN de 2023 de casi 1,3 billones de dólares.
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