Aunque el cotejo terminó empatado a uno, Neymar Jr. se vio muy participativo, tras entrar en el segundo tiempo, y dirigir la mayoría de las acciones ofensivas del Peixe (como se conoce al equipo).

En menos de 10 minutos en la grama del abarrotado estadio paulista Vila Belmiro, el apodado Príncipe fue responsable por dos amarillas del Botafogo, después que Alisson Cassiano y Gabriel Bispo fueron advertidos tras faltas en la cancha.

Neymar Jr. pareció el de siempre: un medio campista que arma el juego cayendo por el lado izquierdo.

Además, tuvo bastante libertad para flotar en toda la franja, pudiendo dar pases a los atacantes o driblar y generar más espacio para sus compañeros.

En los últimos minutos del partido, la camiseta con el número 10 estuvo cerca de marcar su primer gol en la vuelta.

Después de un buen movimiento de Guilherme Augusto Vieira dos Santos, más conocido como Guilherme, el atacante recibió en el área, pero se rompió la primera entrega y, al tomar su propio rebote, se detuvo en el cerrojo de la defensa del visitante.

El empate en la pizarra permitió al Santos mantenerse en el primer lugar de la clasificación del Grupo B del Campeonato Paulista.

Cuando sonó el pitazo final, Neymar Jr. registró 52 minutos jugados, 63 acciones con la pelota, 25 de 29 pases correctos (86 por ciento), dos entregas decisivas, 1/6 de los goles (17 por ciento).

La estrella deportiva no contendía desde noviembre un partido oficial, cuando actuó pocos minutos en un enfrentamiento del Al-Hilal saudita, club con el que firmó un contrato millonario.

Ahora el también llamado O Menino do Vila (El Chico de la Villa) debe acumular minutos desde que regresó de una lesión grave en la rodilla en el Al-Hilal y necesita ganar ritmo antes de actuar con la máxima carga en el campo.

Fiesta en el universo Santos: regresó a la tierra de O Rei Pelé, el Príncipe, quien podría protagonizar su último baile y cerrar en Brasil con broche de oro su zigzagueante carrera deportiva.

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