Bajo el lema “Nuestra elección es la paz”, el espacio sirvió como plataforma para que los participantes mostraran su postura clara a favor del progreso y destacaran la inutilidad de perturbar las iniciativas de desarrollo y estabilidad para los tigrayanos.
Pidieron además a los políticos y a las élites de la región que resolvieran sus diferencias a través del diálogo y se abstuvieran de representar cualquier amenaza a la paz.
Por otra parte, el lunes pasado el primer ministro Abiy Ahmed, en un mensaje divulgado en su cuenta de la red social X, reflexionó sobre el estado actual de Tigray, ofreciendo ideas y orientación a los dirigentes regionales y a su población.
Ahmed reconoció la larga historia de la gente de ese estado regional, que cooperó con otros grupos étnicos para construir una nación, pagando a menudo un alto precio para proteger la integridad territorial y la soberanía de la nación durante tiempos difíciles.
Citó ejemplos de sacrificio colectivo por la soberanía del país y destacó los notables logros del pueblo tigrayano en áreas como el comercio, agricultura, arquitectura, arte y tecnología, particularmente en tiempos de paz.
Sin embargo, reconoció que a menudo se ve afectada por conflictos, especialmente durante el siglo pasado, por lo que la llevó a convertirse en una zona de guerra y a su población sufrir como víctimas de la violencia.
Planteó preguntas críticas sobre las consecuencias sociales, políticas, económicas y de seguridad de estas guerras, invitando a reflexionar sobre si han ganado o perdido más a través de estos conflictos.
El jefe etíope de Gobierno instó a los líderes de la región a considerar alternativas al conflicto y reflexionar sobre si se podrían haber buscado otras soluciones.
Señaló que el miedo y la ansiedad siguen afectando a la población, obstaculizando sus perspectivas de paz y desarrollo debido a las cicatrices persistentes de conflictos pasados.
Alentó el diálogo entre diversos sectores como la política, los negocios, la seguridad, el mundo académico y los medios de comunicación, para resolver pacíficamente sus diferencias y trabajar por el bienestar colectivo de la gente de la región.
Considerando que los sacrificios soportados son suficientes, pidió estar dispuestos a entablar un proceso similar con el Gobierno federal, abogando por soluciones pacíficas de acuerdo con la Constitución etíope.
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