De acuerdo con el ministro de Seguridad, Frank Ábrego, luego de reunirse con su par tico, Mario Zamora, tras el endurecimiento de medidas de la administración estadounidense de Donald Trump, miles de indocumentados aspiran regresar a sus países de origen.
Ábrego detalló que el objetivo principal es asegurar un retorno controlado y seguro de los migrantes, especialmente aquellos que provienen de diversas naciones, como Venezuela, Colombia y Ecuador, y que podrían estar buscando un paso hacia el norte del continente.
El funcionario adelantó a la prensa que tras no tener relaciones con Venezuela, la cancillería istmeña hará los contactos pertinentes para lograr que ellos reciban a sus nacionales, a través de un tercer país.
La víspera, el paso fronterizo con Costa Rica fue reforzado por las unidades del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá, luego de que un grupo de migrantes que retornaban de Estados Unidos intentara entrar en territorio nacional para hacer el camino a la inversa.
Este grupo de viajeros ilegales, según el canal de noticias TVN, pretendía llegar en caravana hasta la capital panameña.
Según el titular de Seguridad la reunión bilateral permitió establecer un protocolo inicial para gestionar el retorno de los indocumentados, que contempla su concentración en el Centro de Atención al Migrante (Catem) en Costa Rica.
Luego Panamá organizamos para llevarlos directo hacia la localidad de Metetí, cerca de la frontera con Colombia, para hacer el flujo inverso, solo que en este caso no fuera a través de la selva del Darién, sino con la cooperación de Estados Unidos, en forma aérea o marítima hacia los países vecinos de donde ellos son originarios.
Durante los últimos años el mayor flujo migratorio en Panamá hacia Estados Unidos se producía a través de la jungla, y en 2023 alcanzó la cifra récord de más de 520 mil personas.
Ese número cayo el año pasado a poco más de 300 mil , que el Gobierno asocia a nuevas medidas como el cierre de trochas ilegales, incremento del patrullaje marítimo y vuelos chárter de deportación tras la firma de un memorando con Washington en julio último.
Las autoridades panameñas y costarricenses señalaron en un comunicado que continúan trabajando en conjunto para evitar una crisis migratoria en las áreas fronterizas, especialmente con el pronóstico de que más de 10 mil personas podrían intentar llegar a esta zona.
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