Conclusiones a las que llegaron hoy Miguel Sebastián, profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y exministro de Industria, Turismo y Comercio (2008-2011), y José Carlos Díez, docente e investigador de la Universidad de Alcalá de Henares.
En un amplio debate auspiciado por Casa de América, los expertos repasaron ideas, amenazas y realidades que generan las proyecciones del mandatario norteamericano a poco más de un mes de volver a la Casa Blanca.
Salirse de la OMC (Organización Mundial de Comercio) y de otras instituciones, plantea cuando menos una anarquía en el corto plaza que si nadie se atreve a neutralizarla terminará en una ácida y dolorosa guerra comercial, comentaron.
Desconocer el cambio climático, el sistema creado por la comunidad después de la Segunda Guerra Mundial y pensar que subiendo aranceles la economía de Estados Unidos va a despegar como nunca, son dislates de peligrosas consecuencias, puntualizó el profesor Sebastián.
Europa (Unión Europea), valoró Diez, debe enfocarse en buscar respuestas propias, tocando los puntos débiles de Estados Unidos en temas arancelarios y a la vez robusteciendo sus industrias, especialmente la automovilística que pasa por un mal momento a partir de la consolidación de China como el dominador absoluto del sector eléctrico de coches.
Los analistas indicaron que la balanza revela muchas aristas, como el hecho de que China tenga el 80 por ciento del déficit comercial de Estados Unidos y otra nación de la que se habla menos, Vietnam, 150 mil millones de dólares de la deuda del gigante norteño.
Sebastian y Díez, aunque con puntos de vista diferentes, coincidieron en la necesidad de que la UE se organice mejor y actúe verdaderamente como bloque asociándose más a Canadá y México, y en general a América Latina y el Caribe.
África puede ser otra región interesante donde apostar y la India también será un actor importante, porque estamos ante una primera ronda de medidas de Trump, a la que seguirá una más peligrosa segunda fase, señalaron.
Más que anonadado, siento una tremenda decepción por esta corriente impulsiva de Trump que va en contra de todas las leyes de la economía desde hace más de un siglo, pero me temo que demorará bastante el electorado estadounidense en darse cuenta de estos disparates, sentenció el profesor Sebastián.
Respecto a la cuestión de los inmigrantes, los especialistas indicaron que expulsar a 10 millones de extranjeros del territorio estadounidense dejaría a esa nación sin mano de obra para mantener su estilo de vida.
Colapsaría su economía, aunque a primera vista daría un golpe de efecto en sus promesas electorales, algo que sin dudas se verá obligado a revertir más adelante, pero con el daño ya hecho, apostillaron los profesores españoles.
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