Por Fausto Triana
Lo tienes que ver, es el sugestivo nombre de la muestra en la Fundación Juan March de esta capital, donde este jueves se hizo su lanzamiento con la presentación también de un detallado audiovisual intitulado Coloramas.
El color no existe, pero el mundo es inimaginable sin él, afirma el corto que subraya su presencia como fenómeno presente en la reflexión y en las artes desde las pinturas rupestres hasta los experimentos digitales contemporáneos.
Intrínsecamente vinculado a los sentidos, para
muchos artistas constituyo el centro de su práctica, y para filósofos y científicos ha proporcionado abundante materia para la reflexión y el debate.
Los comisarios de la exposición Manuel Fontán, director de Museos y Exposiciones de la Fundación Juan March, y María Zozaya Álvarez, jefa de Proyecto Expositivo en esta institución, resaltaron el asesoramiento de los historiadores Paul Smith (University of Warwick), David Batchelor (artista y escritor) y Esther Leslie (Birbeck College).
En la creación artística la importancia del color ha sido discutida e impugnada a menudo, pero la aparición del arte abstracto a principios del siglo XX lo liberó de los dictados de la representación y de la primacía de la línea, explicaron.
Lo tienes que ver. La autonomía del color en el arte abstracto, presenta el trabajo de numerosos artistas de los siglos XX y XXI para quienes el color es principio esencial y estructurador.
Desde los primeros experimentos de la abstracción, en el uso del color plano, no modulado por el gesto y además de pintura, escultura y obra sobre papel. Asimismo, abarca textiles, cerámica, fotografía, instalaciones, cine, vídeo y libros de arte.
Los primeros asomos de Kazimir Malévich y obras de Olafur Eliasson, Rosa Brun, Yves Klein, Lucio Fontana o Teresa Lanceta, se pueden apreciar en los salones de la Fundación Juan March a partir del 28 de febrero hasta el 8 de junio.
Teorías artísticas y científicas del color, desarrolladas desde el siglo XVIII y a lo largo del XIX sobresalen, junto a su relación con la óptica y la física de la luz.
Igualmente, se aproxima a los elementos de los que procede y en los soportes donde se manifiesta, en los pigmentos y tintes naturales y sintéticos a lo largo de la historia o en el uso de la policromía en el arte, sin olvidar las estrechas implicaciones filosóficas, ideológicas y culturales del color.
Cerámicas de Richard Deacon, Polly Apfelbaum o Lubna Chowdhary; diseños textiles de Sheila Hicks o Teresa Lanceta; esculturas de Ugo Rondinone; la fotografía de Wolfgang Tillmans o una película de Derek Jarman, diversifican la muy singular exposición.
Entre los teóricos del color de los siglos XVIII y XIX, la cita Lo tienes que ver, marca un punto de inflexión con obras de Turner, Runge o Goethe.
“No hay una única historia del color en el arte de los siglos XX y XXI, sino más bien muchos caminos individuales que atraviesan una maraña de posibilidades cromáticas”, comentó David Batchelor en un texto del catálogo que acompaña a la muestra.
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