Artífice del arte de lo cotidiano, marcado por la presencia en sus cuadros de personas simples de la vida real, el también escritor y periodista es considerado poco conocido en Francia, por lo que el público galo y los visitantes tendrán la oportunidad de descubrir su obra hasta el 27 de julio.
La pobreza, el hambre, los temas de salud y la condición de la mujer encontraron reflejo en el pincel de Krohg, una suerte de juglar de su tiempo que recibe el calificativo de humanista y feminista.
Entre las obras del pintor noruego que pueden apreciarse en Orsay, una de las principales instituciones culturales de Francia, destacan Niña enferma (1881), La lucha por la supervivencia (1889), Madre durmiente con su hijo (1883) y varias que muestran el duro oficio del pescador.
De acuerdo con el museo, la muestra pone de relieve los vínculos pictóricos de Krohg con los artistas franceses que descubrió durante sus estancias en París, en particular Gustave Courbet, Edouard Manet y los impresionistas.
El pintor noruego representa uno de los pilares del movimiento político y cultural “La Bohemia Kristiania (antiguo nombre de Oslo)”, el cual integraron artistas y escritores naturalistas, cruzada que encabezó el filósofo Hans Jæger.
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