El hecho ocurrió en el delta del río Salom (suroeste) y el texto informa que en la embarcación viajaban casi un centenar de personas en su mayoría súbditos de países al sur del Sahara.
La intercepción de la nave es parte de la cotidianidad de varios estados africanos comprometidos con países de la Unión Europea, previa compensación económica, a impedir el tráfico de personas por sus aguas territoriales.
Tanto el Atlántico norte, donde desemboca el río Salom, como el mar Mediterráneo, se han convertido en los últimos años en las tumbas de miles de personas que tratan de llegar a costas europeas en busca de oportunidades para mejorar sus vidas.
El tráfico de personas es lucrativo negocio de transnacionales del crimen que todos los años ingresan millones de dólares pagados por los candidatos a migrar sin documentos.
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