Tan pronto llegó a esta capital el mandatario ugandés sostuvo una entrevista con su homólogo sursudanés, Salva Kiir, quien lo recibió en el aeropuerto sin que hasta el cierre de este despacho existan trascendidos oficiales de lo tratado en el encuentro.
La nueva erupción de tensiones estalló el mes pasado cuando fuerzas de seguridad arrestaron al primer vicepresidente Riek Machar, acusado por el presidente Kiir de desestabilizar la situación política nacional.
A mediados del mes pasado el gobierno ugandés remitió tropas en esta capital ante la posibilidad de que las fuerzs leales a Machar trataran de controlarla y arrestar al presidente Kiir.
En tanto, se espera la llegada a esta capital de una delegación de la Unión Africana (UA) para encontrar terreno común entre las fuerzas en pugna, enfrentados en una guerra civil tras la proclamación de la independencia de Sudán del Sur de la parte norte, donde ahora está en curso una guerra civil.
En 2018 Riek y Machar firmaron un acuerdo para terminar el conflicto que los oponía y acordar la división del poder con el patrocinio de países africanos y de la UA, pero los nexos entre Kiir, de la etnia mayoritario dinka, y Machar, de la minoritaria nuer, nunca navegaron por aguas plácidas.
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