Al intervenir por videoconferencia en la IX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac, el mandatario explicó que pospuso su viaje a Honduras por problemas de seguridad y apuntó que “llegarán mejores días para volver a marchar junto al pueblo” como ocurrió en 2009 durante el golpe de Estado.
Recordó que la unión en la diversidad fue posible en los años 2009, 2010, 2011 y 2012 “gracias a un gran diálogo entre las distintas corrientes y proyectos de opinión y liderazgos” y a una correlación de fuerzas abiertamente mayoritaria de gobiernos progresistas y unionistas.
Maduro expresó que esas corrientes lograron neutralizar a quienes pretendieron en su momento dividir, pero no lo lograron, y en esas condiciones nació este bloque de integración.
El gobernante reflexionó que la ofensiva hoy contra el mundo y nuestra región, para tratar de imponer una época de dominación imperial, “nos obliga a plantearnos un despertar colectivo de la conciencia de los pueblos y los gobiernos que amamos nuestra soberanía y autodeterminación”.
La unión de nuestros pueblos es una obligación y debe ser construida “en base al patrimonio que hemos logrado aportar y acumular de propuestas”, destacó.
Expresó que la Celac tiene que retomar con fuerza la realización de los Consejos de Ministros como lo hizo Honduras con su presidencia pro tempore y felicitó a su homóloga Xiomara Castro por su “liderazgo virtuoso que ha demostrado”.
En tal sentido, consideró oportuno retomar los Consejos de Ministros conjuntos en la economía, la salud, la educación, la ciencia, la tecnología, y que “aporten experiencias para una acción común”, que nos unifique en el trabajo diario y en el logro permanente.
El dignatario bolivariano estimó que la Celac tiene que pensarse a mediano y largo plazos para construir su institucionalidad y rememoró la propuesta de Venezuela de crear una Secretaría General en función de “dar seguimiento oportuno y capacidad de reunión”.
Maduro declaró que el Sur Global, nuestra región latinoamericana y caribeña, han sido víctimas de una agresión multiforme y recordó que “hemos denunciado la agresión contra el pueblo de Cuba durante 65 años, el pueblo de Nicaragua y Venezuela”.
Comentó que la guerra comercial, económica y arancelaria contra el mundo entero se puede calificar como “el fin de la globalización occidental”, al dejar herido de muerte el derecho económico internacional público y los acuerdos bilaterales y multilaterales en materia de comercio.
Quiere imponerse, advirtió, un modelo a contrapelo hegemónico, económico y comercial que ponga fin al mundo multipolar que nació en las últimas décadas.
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