Bajo el lema “Salva un libro, no dejes que lo destruyan”, la iniciativa instaló sus carpas en la explanada del Monumento a la Revolución y ofrece ejemplares que van de los 10 (0,50 dólares) a los 150 pesos (7,52), un rango considerado accesible y celebrado por miles de visitantes.
“Pensamos que el derecho a la lectura, la cultura, al arte, a la música, al cine, es parte de esta ciudad transformada y que se sigue transformando”, dijo la jefa de Gobierno de la urbe, Clara Brugada, al inaugurar el miércoles último el evento de cinco días.
Allí anunció la participación de más de 200 casas editoriales con títulos imprescindibles, como El Principito, del francés Antoine de Saint-Exupéry, y otros relacionados con la divulgación científica, el arte, la historia, la salud e incluso cómics y novelas gráficas.
Para Giselle Luisa la experiencia resulta satisfactoria toda vez que encuentra aquí volúmenes muy interesantes a precios módicos.
“Hay una gran diferencia. Pides por aplicación o vas a una librería y hay un precio triplicado y aquí pues te puedes llevar cuatro libros con lo que te ibas a comprar uno. Es una súper-oportunidad, no tiene comparación”, comenta en diálogo con Prensa Latina.
Vino al Gran Remate en busca de textos sobre educación, pero augura que seguramente se le van “a pegar otros”.
A unos dos o tres stands de ella, Norberto explora entre anaqueles. Lleva varios libros en sus bolsas: una novela y un volumen sobre inspiración y liderazgo, entre ellos.
“Es una idea bastante buena. Para mí son varias veces que he venido aquí a esta feria. He encontrado muy buenas obras a precios muy accesibles y se me hace una buena oportunidad para conocer más autores”, responde a una pregunta a Prensa Latina.
Con una oferta que incluye también ediciones antiguas, la Secretaría de Cultura de esta capital y la Brigada para Leer en Libertad, entre otras instancias, fomentan el acceso a los libros con un propósito resumido por Brugada: si una urbe lee, piensa, discute, se vuelve más libre, crítica y justa.
oda/las