“Recordamos sus palabras de solidaridad y apoyo cuando nos devastó el huracán María y enviarnos un delegado especial suyo en la persona del arzobispo de Chicago, el cardenal Cupich, para asistir a Puerto Rico en la reconstrucción de nuestras iglesias y escuelas católicas”, destacó González Nieves.
También la solidaridad del papa Francisco se manifestó en ocasión de los terremotos del 2020 y el huracán Fiona, y su apoyo pastoral al designar personalmente a los seis obispos que encabezan las diócesis de esta isla del Caribe.
Monseñor González Nieves se mostró confiado en que la iglesia siga adelante con las grandes causas que defendió el papa Francisco, como la implantación del Concilio Vaticano II, el llamado al diálogo de Pablo VI, la profundización de la Nueva Evangelización iniciada por Juan Pablo II, la paz y la justicia entre los pueblos y naciones, la protección del ambiente que es nuestra casa común.
Igualmente resaltó que el primer papa latinoamericano abogó por los vulnerables, especialmente por los adultos mayores —nuestros ancianos y ancianas— y los niños y niñas en el vientre materno y en su infancia.
“Nos deja una gran catequesis sobre el papel fundamental de los abuelos en la evangelización y en la transmisión de la fe. Vivió una vida austera, de generosa caridad con los más necesitados y de profunda oración contemplativa”, expresó el jerarca del catolicismo puertorriqueño.
González Nieves describió al papa, fallecido a los 88 años de edad, “habló como un profeta sobre la dignidad y los derechos del inmigrante y esbozó el evangelio de la solidaridad y el amor preferencial para con los pobres”.
“Fue un papa de gran valentía quien dedicó gran esfuerzo en reformar a la curia romana destacándose las reformas al Código de Derecho Canónico para aumentar las sanciones contra los sacerdotes pederastas y aumentar la participación de las mujeres”, dijo.
En esto último destacó los nombramientos de las religiosas Simona Brambilla, Prefecta del Dicasterio para la Vida Religiosa y las Sociedades de Vida Apostólica, y a Raffaella Petrini, Gobernadora del Estado de la Ciudad del Vaticano, principal cargo en la administración civil de ese territorio.
“En su ministerio fue un pastor con olor a oveja; un pastor en medio del pueblo, con el pueblo y para el pueblo, invitando a comer a personas sin hogares, lavando los pies a confinados y confinadas y deambulantes, visitando los lugares de los naufragios de los inmigrantes”, detalló.
A juicio de González Nieves, el papa Francisco “procuró sanar las heridas provocadas por la complejidad de la condición sexual del ser humano”. rc/nrm