Diversos mensajes apuntan a esta realidad, que facilita la economía de la nación pero crea algunas otras situaciones.
Por ejemplo, medios periodísticos como el europeo Preferente señalan que en tres días esta urbe apreciará el paso por su aeropuerto de 300 mil personas, lo que obliga a anticiparse al caos.
Los pasajeros tienen instrucciones de pasar por seguridad y pasaportes con una antelación mínima de 90 minutos, especifican.
La ciudad está desbordada de turistas, al punto de que Emirates, la aerolínea que lo controla todo, tuvo que tomar medidas (Emirates rescata otro avión A380 tras cinco años).
Los pasajeros fueron advertidos de que lleguen con suficiente anticipación, lo que provocó que los mostradores facturen las maletas y expidan las tarjetas de embarque con 24 horas de anticipación, 12 si el vuelo tiene como destino Estados Unidos.
Emirates aconseja a los viajeros hacer la tarjeta de embarque digitalmente y dejar las maletas en el aeropuerto la noche antes del viaje.
Los pasajeros tienen instrucciones de pasar por seguridad y pasaportes con una antelación mínima de 90 minutos. Incluso los que pagan primera o business class deben llegar a las puertas con 45 minutos de anticipación.
Tanta anticipación y estrés sugieren que más que unas vacaciones, el viajero llega a Dubái para preparar cuidadosamente su retorno y evitar el atasco en la terminal.
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