El director general del Departamento de Asia del Ministerio de Relaciones Exteriores, Liu Jinsong, sostuvo una reunión con el embajador filipino acreditado aquí, Jaime Florcruz, para abordar estos asuntos.

El portavoz de la Cancillería destacó que la isla meridional es una provincia inseparable de China y que la cuestión de Taipei constituye un núcleo central de los intereses nacionales chinos.

«El principio de una sola China es un consenso internacional universal y la base política de las relaciones entre China y Filipinas», afirmó.

Ante informes sobre negociaciones entre el ejército filipino y Taiwán para actividades de «cooperación internacional», incluidos posibles ejercicios conjuntos, el portavoz subrayó la firme oposición de Beijing a cualquier tipo de intercambio oficial entre países con los que mantiene relaciones diplomáticas y Taipei.

«Instamos a Filipinas a cumplir con el principio de una sola China, detener cualquier contacto oficial con Taiwán y evitar enviar señales equivocadas a las fuerzas separatistas», declaró.

El vocero de la Agencia de Guardacostas, Liu Dejun, denunció que el 27 de abril seis personas de Filipinas ignoraron las advertencias de China y realizaron actividades ilegales en un arrecife que el gigante asiático considera parte de su territorio.

Las tensiones entre Manila y Beijing se han acrecentado desde que llegó al poder en el país vecino un presidente partidario de la alianza con Estados Unidos.

Las dos naciones mantienen disputas en el Mar Meridional de China y además, Filipinas desplegó en su territorio misiles de alcance intermedio de factura estadounidense.

Por su parte, el portavoz de la Armada del Teatro Sur de Operaciones, Zhao Zhiwei, informó que el 20 de abril una patrulla de Filipinas ingresó ilegalmente al mar de China meridional sin la autorización del gobierno chino, por lo que Beijing procedió a expulsar al navío.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció recientemente que Washington desplegará armamento militar avanzado en Filipinas, incluyendo misiles antibuque NMESIS, con el objetivo de “reforzar la disuasión” frente a China.

Esto ocurrió en el marco de los ejercicios militares Balikatan, en los cuales Manila y Washington también cooperaron con Australia y Japón.

De hecho, la edición de este año comprendió simulaciones específicas sobre un posible escenario de enfrentamientos en el estrecho de Taiwán.

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