La iniciativa del Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA), junto a la Escuela de Topografía, Catastro y Geodesia, sustituirá los conteos de personal en botes con recorridos nocturnos, explicó la investigadora Laura Porras.
El uso de drones representa un cambio importante frente a esos métodos tradicionales, mediante los cuales los investigadores realizan esa labor iluminando a los ofidios con linternas, “una tarea arriesgada y costosa”, según la experta, citada por el diario La República.
“Lo que hacemos ahora -explicó- es establecer zonas específicas para el despegue y aterrizaje de los drones, captamos imágenes durante el día y luego procesamos esa información. Así podemos contar los cocodrilos, conocer su distribución y estimar su población y estructura por tallas”.
Para Porras y los demás profesionales y trabajadores que acometen el proyecto del Icomvis-UNA, “ello constituye un avance clave, porque permitirá respaldar con datos científicos las futuras decisiones sobre el manejo de la especie”.
Los pasos venideros –según Porras- comprenden “estandarizar parámetros como la hora del vuelo, la altura adecuada para no alterar a los animales y considerar condiciones climáticas como la lluvia y el viento”.
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