El ente emisor consideró que, al cierre de 2025, la inflación estaría ubicada en 4,4 por ciento, el económico (Producto Interno Bruto) en 2,6 por ciento, mientras que esos mismos indicadores macroeconómicos para final de 2026 quedarían ambos en tres por ciento.

Por otra parte, estimó que si bien en marzo pasado la inflación volvió a descender (cinco por ciento), se mantuvo por encima de la meta de los tres puntos porcentuales establecida por la política monetaria.

En su informe alertó además que “los eventos recientes en el contexto internacional han elevado de forma importante la incertidumbre sobre la evolución futura de la inflación y la actividad económica”.

Anunció además que, según su estudio, en el primer trimestre de 2025 el PIB se habría recuperado más de lo previsto, aunque en lo adelante “enfrenta choques negativos derivados del contexto externo”.

Durante el primer trimestre de 2025 el crecimiento económico se ubicaría en 2,5 por ciento, según pronosticó.

La entidad financiera afirmó que en lo restante del presente año la actividad económica continuaría impulsada por los ingresos derivados de los altos precios de algunos productos agrícolas como el café, los elevados niveles de remesas de trabajadores del exterior y la dinámica del turismo extranjero, además de la recuperación gradual del crédito.

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