De acuerdo con la más reciente actualización del Instituto de Conservación Forestal (ICF), un total de 656 igniciones se registraron hasta la fecha, con 22 mil 308 hectáreas de zonas boscosas, zacateras y matorrales calcinados en todo el territorio nacional.
Los datos son comparativamente inferiores a los del mismo periodo de 2024, cuando las autoridades notificaron dos mil 776 fuegos y 238 mil 983 hectáreas afectadas.
De esos 656 incendios, 477 ocurrieron en áreas selváticas y 179 en zacateras y matorrales, lo que compromete de manera directa los ecosistemas y la biodiversidad de esta nación centroamericana.
En Honduras, este tipo de catástrofe representa una grave amenaza ambiental, especialmente durante la temporada seca, que coincide con el verano (febrero a mayo).
Como consecuencia de la tala ilegal y los incendios, el país pierde anualmente entre 50 mil y 60 mil hectáreas de zonas boscosas.
Más del 90 por ciento de esos desastres son causados por el ser humano, pues no se ha logrado un control efectivo del fuego, que a menudo se propaga hacia las montañas, según estadísticas oficiales.
Estos se desencadenan cuando numerosos campesinos suelen perder el control al quemar terrenos con el fin de preparar la tierra para cultivos, o por acciones intencionales de “criminales del bosque”, sostienen organizaciones defensoras del medio ambiente.
Los incendios forestales en el país experimentaron una drástica reducción del 90 por ciento, en comparación con el año anterior, subrayó el ministro director del ICF, Luis Soliz.
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